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El crecimiento de las empresas depende cada vez más del modo en el que estas se enfocan desde la perspectiva humana. ¿Sobre qué pilares construir? ¿Cuál es la responsabilidad de los líderes?.
Por Mabel Domínguez
¿En que aspectos fundamentales ponen foco las empresas que crecen de un modo más saludable, competitivo y sostenible?. ¿Qué hacen los mejores líderes para potenciar eficazmente el crecimiento de sus colaboradores y equipos? ¿Cómo hacer para sostener y hacer crecer a mi empresa en este mundo VICA (volatil, incierto, complejo y ambiguo) que estamos viviendo?.
Ignacio Bernabé, presidente de The Growth Management® Science, Co y una de las voces más autorizadas a nivel internacional en gestión del crecimiento organizacional sostiene que las organizaciones más competitivas del mundo crecen sobre la base de 3 pilares: liderazgo, talento y equipo.
Pero hablar de liderazgo, talento y equipo, es por encima de todo hablar de personas.
Como menciona el propio Ignacio Bernabe: “Los profesionales de la empresa son ante todo seres humanos con todo lo que ello significa en cuanto a necesidades y oportunidades”, y en la medida en que los Directores de Personas y sus empresas, sean capaces de generar relaciones humanamente efectivas, tendrán más oportunidades que sus competidores para poner en valor y desarrollar todo ese talento oculto que se encuentra latente en el interior de cada uno.
Por tanto, pensemos en la persona como alguien que es en sí mismo una oportunidad derivada de su propio potencial. Un ser único con capacidades y motivaciones, con necesidades, sentimientos y actitudes, con el que podemos relacionarnos adecuadamente, para alcanzar juntos, mediante un compromiso mutuo, las metas que nos proponemos.
He aquí que debemos empezar a cambiar la terminología al referirnos a nuestro personal como recurso humano, pues el único término que hace honor a la dignidad y al talento humano, es el de “personas”, por la carga de significado que conlleva y la posibilidad que en la práctica ofrece partir de esta consideración.
Y desde esta reflexión, magistralmente Bernabé define: “el profesional de la empresa como una persona única e irrepetible, capaz de poner al servicio de la estrategia de la empresa, todo su talento, capacitación, recursos, motivación y compromiso, para conseguir resultados extraordinarios”, aportación que, con una gran carga de profundidad, debe llevarnos a gestionar y desarrollar el talento de las personas desde una perspectiva nueva donde los líderes toman cada vez más protagonismo, pero a la vez precisan del desarrollo de nuevos roles y competencias específicamente orientadas a tal fin.
Para entender esta nueva y más completa visión, debemos partir entendiendo que las organizaciones deben ser un espacio de crecimiento para todas y cada una de las personas que la conforman. Donde los líderes deben ser a su vez consultores, coaches y mentores de su gente, siendo capaces de identificar y manejar el talento que existe en cada uno de ellos y desarrollarlo individual y colectivamente en su máxima expresión para consolidarlo en alta competencia de equipo.
Este enfoque implica un cambio de pensamiento, donde la competitividad empresarial no se orienta desde una meta a alcanzar en sí mismo, sino en el camino que se transita para alcanzarla, es decir, en los valores, en las actitudes, en la cultura, en el modo en el que aprendemos de los errores y valoramos los aportes, en cómo somos capaces de pararnos a pensar para encontrar o crear nuevas oportunidades…, lo que quizá paradójicamente para algunos, reporta resultados superiores al tradicional enfoque a objetivos. Este enfoque además crea la oportunidad de que personas y organizaciones crezcan juntos, creando un valor superior para todos.
Para lograr un crecimiento más saludable, competitivo y sostenible se debe cambiar definitivamente el enfoque orientando la organización más eficazmente “hacia las personas” para poder construirla sobre los pilares de liderazgo, talento y equipo.
Comenzando por cada líder: focalizando la visión, rompiendo estructuras, cambiando creencias y acompañando más eficazmente a las personas en su propio proceso de desarrollo, proyección y resultados.
Se trata de este modo de encontrar ese valor excepcional que reside dentro de cada uno de sus colaboradores, lo que lo hace diferente, lo que le permite llegar más allá, ser mejor superándose cada día ante las dificultades que estamos viviendo.
Cada líder debe preguntarse sobre sí mismo en relación a los demás: ¿Quién soy realmente como persona?. ¿Cuál es mi esencia como líder?. ¿Qué capacidades tengo?. ¿Cómo voy a desarrollarlas y a ponerlas en valor?. ¿Cómo voy a servir a los demás desde mis competencias? ¿Qué otras necesito desarrollar frente al entorno actual?.
Las respuestas a estas preguntas ofrecen a los líderes la oportunidad de comenzar a trazar un nuevo rumbo más eficazmente orientado desde el enfoque humano.
Ignacio Bernabé nos insta a tomar conciencia del valor del ser humano por el simple hecho serlo, y de la sinergia que este es capaz de crear cuando es capaz de conformar un auténtico equipo, algo que sin duda cada vez hay que tener más presente en la práctica de un liderazgo que ante la adversidad debe ser capaz de sacar lo mejor de las personas.
Mabel Dominguez
CEO de Corporate Resources Management.
Consultor, Coach y Líder Certificado en Growth Management® (PANAMÁ)
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