#LiderarYCrecerEnLaCrisis #COVID-19 #PERSONAS
La aceptación nos ayuda a dejar atrás el pasado y tomar las riendas del presente para poder empezar a construir nuestro futuro.
¿Qué relación tenemos con el cambio? ¿En qué medida lo comprendemos en su más amplia dimensión? ¿Cómo podemos convertirlo en una oportunidad? ¿Qué papel juega la aceptación en todo esto?. Estas y otras preguntas pueden ser respondidas con mayor sentido desde la situación actual. Hablaremos hoy de cómo impulsarnos desde la primera de las actitudes del cambio: “La aceptación”.
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Por Ignacio Bernabé
Los seres humanos somos complejos, y es un hecho constatable que permanecemos en un estado constante de cambio.
Es un hecho que las células de nuestro cuerpo se renuevan constantemente y que entre siete y diez años tan sólo, todas han cambiado, es decir, literalmente tenemos un nuevo cuerpo. Si bien el ADN que tiene las instrucciones se va dañando hasta que eventualmente impide la división de células, y es así como envejecemos.
Pero todos hemos oido hablar de la sabiduría de los viejos. Sin duda a medida que nos hacemos mayores, acumulamos un mayor conocimiento sobre la vida y sobre nosotros mismos. Sólo tenemos que mirar hacia atrás y observaremos que afortunadamente no somos los mismos en nuestra manera de pensar, de sentir y de hacer. ¡Hemos evolucionado!.
Del mismo modo la situación que estamos viviendo, a pesar de ser dramática, podemos manejarla de una manera eficaz para seguir evolucionando, dando un buen empujón a nuestro crecimiento como personas, como profesionales, como empresas y como sociedad en general.
Comprendamos pues diferentes aspectos clave del cambio, que en este preciso momento nos va a ayudar enormemente.
En primer lugar debemos saber que la memoria humana es una especie de disco duro dinámico y no del todo fiable, pues la información que almacenamos va cambiando conforme crecemos a lo largo de la vida, sin embargo conforme pasa el tiempo se va difuminando. Es ahí donde residen nuestros recuerdos en linea con nuestras actuales creencias, que en ningún caso corresponden a la realidad objetiva sino a la que percibimos desde la interpretación de la experiencia vivida y el recuerdo cada vez más difuso de la misma.
Otro aspecto a considerar es que a pesar de que la personalidad tiende a ser relativamente estable, también cambia desde la experiencia vital, y especialmente el carácter que se conforma desde nuestros hábitos y comportamientos.
Por último, la interacción entre los genes y el entorno determina las conductas, que son consecuencia de las experiencias que vivimos en relación con nuestra propia actividad mental.
Sin duda somos cambio en estado puro, si bien no somos conscientes apenas de los cambios que realmente suceden en nosotros.
La neurobiología nos ha enseñado como nuestro cerebro cambia a cada momento, con cada experiencia o aprendizaje. Pero pese a que el cambio forma parte de nuestras vidas, cuando sentimos que hemos alcanzado un estado de comodidad o bienestar, nos resistimos a cambiar. No hay lugar a dudas que somos animales de hábitos, nos cuesta dejar de hacer, aquello que estamos acostumbrados a hacer.
Aceptar el hecho incuestionable de que todo cambia en nosotros y a nuestro alrededor, implica aceptar el cambio como un mecanismo, no sólo de supervivencia, sino de evolución de nuestro propio Ser, algo directamente relacionado con nuestro compromiso, competencia y felicidad.
Se trata de aceptar por tanto el cambio, como una auténtica oportunidad para superarse y mejorar como personas y como profesionales, también como organizaciones y como sociedad en general.
Se acepta más fácilmente la realidad del cambio desde la comprensión de que nuestros pensamientos son sólo interpretaciones, que nuestros sentimientos son subjetivos y personales, y que nuestros recuerdos son memorias deformadas por el tiempo, todo lo cual nos da la oportunidad de revisar, reinterpretar, rehacer, etc. Es decir, la oportunidad de reinventarnos a cada momento, o lo que es lo mismo, la oportunidad de crecer dinámicamente.
Pero la aceptación no es resignación ni conformismo, pues a diferencia de estas conductas limitadoras, la aceptación nos hace ser conscientes de que podemos empezar a construir una nueva realidad, reportándonos emociones más productivas.
La aceptación beneficia nuestra apertura psicológica: nos adiestra a reconocer la realidad y fomenta nuestra sensibilidad hacia nosotros mismos y nuestro ambiente social, tal y como expresa Steven C. Hayes.
El Growth Management maneja dinámicamente la aceptación en muy directa asociación con el sentido (del cual ya sabemos que es un auténtico motor, gracias a las investigaciones de Victor Frankl) y con la visión.
Cualquier cambio consciente, requiere por encima de todo de un gran sentido en relación a la visión que tenemos de nosotros mismos, la que queremos construir y el modo en el que lo estamos haciendo, porque en su ausencia nos convencemos de que no vale la pena intentar cualquier cambio y nos resistimos a esa posibilidad. Sin embargo cuando lo encontramos, se convierte en gran un acicate que nos impulsa desde la poderosa idea del cambio como oportunidad.
La aceptación se potencia a través del sentido. Este nos ayuda a aceptar los procesos de cambio como algo importante para nuestro propio crecimiento personal y profesional, fortaleciendo nuestra visión de presente y de futuro.
Por todo ello, la aceptación es la primera de las actitudes que nos van a permitir progresar en cualquier proceso de cambio, dejando atrás el pasado y tomando las riendas del presente para poder empezar a construir nuestro futuro.
Se trata por tanto de que desarrollemos ese gran impulsor que es el la aceptación, que en ocasiones llega tras superar la negación, el enfado y la tristeza, pero nos lleva rápidamente hacia la superación a través de otros dos grandes impulsores, que son la determinación y la convicción.
En la práctica
Veamos cómo podemos llevar a la práctica esta reflexión a nivel personal, mediante un sencillo pero eficaz ejercicio. Si has trabajado la visión y el sentido a través de anteriores publicaciones, te resultará más fácil.
- Escribe tu lista de los motivos por los cuales esta situación habrá valido la pena si somos capaces de generar aprendizajes a través de ella. Piensa desde afuera (instituciones, empresas, sociedad, compañeros, amigos…) hacia adentro (padres, hijos, tu pareja y por último tú).
- Ahora compartela con las personas que tienes a tu alrededor en sentido inverso. Desde tu círculo más próximo (primero contigo mismo, tu pareja, tus hijos y padres…), ve ampliando poco a poco tu círculo de influencia (amigos, compañeros, redes sociales…) hasta donde tú quieras, cuanto más grande mejor.
- Paralelamente ve escribiendo cómo te sientes, qué estás logrando en los demás, qué aprendizajes te llevas y qué vas a hacer al respecto.
“Aceptar el cambio es darte la oportunidad de dejar atrás el pasado y tomar las riendas del presente para poder empezar a construir tu futuro”.
Ignacio Bernabé es Presidente de The Growth Management Science, Co, consultora especializada en la gestión del crecimiento de personas, equipos y organizaciones. Creador del Growth Management, un modelo aplicado en más de 20 países y New York Award al mejor Management Speaker Internacional entre otros reconocimientos, es uno de los más importantes expertos españoles de referencia mundial por su contribución desde nuevas perspectivas humanistas, y uno de los conferenciantes y coaches más solicitados por las grandes compañías.
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