Recursos de Growth Management para el crecimiento de las organizaciones (I): «La visión»

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Es una realidad que ya no es suficiente con gestionar los cambios. El entorno actual nos presenta como desafío, aprender a vivir y a crecer en el cambio, algo que desde el punto de vista organizacional requiere una mayor atención desde el enfoque humano. En este contexto de reto y oportunidad, la visión se configura como el primero de múltiples recursos que toda organización puede potenciar estratégicamente “desde las personas”. ¿Cómo hacerlo?.

 

Por Ignacio Bernabé

En un entorno cada vez más global, complejo y dinámico, más allá de los tradicionales recursos materiales, financieros, técnicos o tecnológicos, desde el enfoque humano el Growth Management reporta a las empresas una serie de recursos que aplicados estratégicamente ayudan a potenciar su crecimiento de un modo altamente saludable, competitivo y sostenible.

En este artículo pondré de relevancia el primero de los que iré compartiendo en la serie “Recursos de Growth Management para el crecimiento de las organizaciones”: La visión.

 

La visión

Ante situaciones difíciles como la que estamos viviendo, todos tratamos de imaginar el futuro lo antes posible buscando calmar los efectos de esa incertidumbre que nos cuesta tolerar, y tomar las mejores decisiones para iniciar, quizá, un nuevo camino.

Sin embargo este acto de visualización, si se hace con precipitación y sin fundamento, puede llevarnos al autoengaño y con ello dirigirnos hacia un proceso de desarrollo, que si bien nos resulte esperanzador o incluso ilusionante, no necesariamente nos llevará hasta el éxito.

Sin duda, imaginar el futuro que queremos, no necesariamente significa que lo podamos construir ni tampoco que en el camino experimentemos una mejora significativa.

En este sentido la investigación y el estudio de miles de líderes durante más de 20 años en el marco del Growth Management, nos han llevado a observar cómo estos no se proyectan (ni proyectan sus organizaciones) de inmediato hacia el futuro, sino hacia el presente. O dicho de otro modo, definen primero su visión actual, pues la deseada surgirá sólidamente en línea con todo el potencial identificado.

Tal y como expresó Carl Jung: “Quien mira hacia afuera, duerme y quien mira hacia adentro, despierta”. Es en ese presente que conforma nuestra propia realidad, donde debemos mirar para crecer en nuestra más alta dimensión. Desde dentro hacia afuera; desde el presente hacia el futuro, con análisis y profunda reflexión.

Los mejores líderes lo saben. Y son conscientes de que es aquí y ahora donde están las fortalezas y las oportunidades para poder construir, en consecuencia, una visión de futuro en la que creen firmemente, al estar bien alineada con todo ese potencial que son capaces de encontrar en ellos mismos, en los demás y en el entorno. Y esto, como veremos más adelante, es ir sobre seguro.

• • • Mandela dijo: “mi país vivirá libre y en paz” (visión de futuro). Pero ¿cómo la impulsó desde el presente?.

Puso el foco en el aquí y en el ahora: el campeonato del mundo de rugby en Sudafrica (la oportunidad) y en su propio liderazgo y el de Francois Pienaar, capitán del equipo nacional (sus fortalezas).

• • • Martin Luther King dijo: tengo un sueño “I have a dream” (visión de futuro). ¿Pero cómo la impulsó desde el presente?.

Puso el foco en el aquí y en el ahora: “La declaración de la independencia aun nos debe a los negros el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad” (la oportunidad), y en su liderazgo y capacidad para inspirar a sus hermanos que juntos lograrían ser libres al fin (sus fortalezas).

• • • Steve Jobs dijo: “crearemos productos con los que la gente podrá comunicarse mejor” (visión de futuro). Pero ¿cómo la impulsó desde el presente?

Puso el foco en el aquí y en el ahora: “Muchas veces la gente no sabe lo que quiere, hasta que se lo muestras…” (la oportunidad). Y “nosotros queremos transformar el mundo, tenemos la tecnología, el talento y sabemos como hacerlo” (sus fortalezas).

Y es que ningún cambio es posible sin una visión en la que creer. Pero la visión de futuro hay que construirla desde el potencial del presente (fortalezas y oportunidades), para que no quede en una mera ilusión o en una simple fantasía.

La visión, por tanto, no es simplemente la acción y el efecto de ver (o imaginar), sino la acción y el efecto de comprender quienes en realidad somos (presente), quienes queremos ser (futuro) y qué vamos a hacer para lograrlo (acción).

La visión gestionada de este modo reporta de inmediato mayor claridad y un aumento de esa confianza que, sobre todo en entorno complejos como el actual necesitamos, para poder construirla con el mayor criterio posible, y con toda la pasión.

 

Aplicación en la empresa

La gran mayoría de las veces la visión de una empresa representa el sueño de sus propietarios. Pero como vemos, ese sueño debe estar bien cimentado para poder ser construido en la práctica.

Por ello, más allá de ilusiones, esperanzas o ideales se hace necesario profundizar en el desarrollo de una visión sólida, apoyándose en todo el potencial posible. Los líderes tienen que lograr que toda la organización crea firmemente y se mantenga sólidamente unida entorno a una visión basada en sus fortalezas y oportunidades.

La visión (creer) se construye a través de la misión (crear), potenciada desde la cultura (crecer); elementos que definen la genética organizacional, y que deben llevarse a la práctica a través del modelo de liderazgo corporativo, todo lo cual va a determinar el potencial de crecimiento de la empresa.

Sin embargo demasiadas organizaciones tienen la visión como un sueño en lugar de manejarla estratégicamente en la práctica como un auténtico recurso.

La visión debe manejarse con sentido, consciencia y responsabilidad, fomentando el autodescubrimiento y en consecuencia un mayor desarrollo, proyección y resultados. Es de este modo como se alineará entorno a ella, todo el potencial de los equipos y de cada una de las personas que conforman la organización.

Todo lo cual significa poner al máximo el foco en las personas. Hacer de las personas el principal objetivo, pues son ellas quienes deben hacer posible que la visión más allá de un sueño se convierta en una realidad.

Fundamentación científica

Gran parte de lo que “vemos” lo evocamos en nuestra mente, es decir que no se corresponde exactamente con la realidad.

Nuestro cerebro compone una imagen que se hace real ante nosotros a partir de la información sesgada que recibe. Imagen que resulta determinante a la hora de hacer un gran cambio o de iniciar cualquier proceso, porque es a través de ella como vamos a activar los recursos necesarios para crearla.

Luego trabajar la visión es algo necesario. Pero no es lo mismo darle al cerebro para que componga una visión de futuro; una información difusa, basada en la incertidumbre, en suposiciones, intuiciones, en la mera esperanza o ilusión…, que darle todo lujo de detalles provenientes de hechos concretos y conocidos que se corresponden con fortalezas y oportunidades que objetivamente hemos sido capaces de identificar.

La eficacia es mucho mayor cuanto más preciso somos en definir una visión de futuro desde las potencialidades objetivas del presente. El proceso de autodescubrimiento minimiza los sesgos cognitivos que distorsionan la realidad y limitan nuestro desarrollo, ayudándonos a componer poco a poco una imagen de nosotros mismos mucho más certera y en línea con nuestro verdadero potencial.

Por eso los deportistas trabajan la visualización enfocándose de este modo; también los actores, actrices o conferenciantes lo hacemos, por que una visión bien potenciada desde nuestros talentos nos ayuda a creer, crear y crecer.

 

En conclusión 

Las organizaciones pueden generar una dinámica más eficaz de crecimiento, en la medida en que definan una visión en la que creer firmemente apoyándose en el mayor potencial posible, y se aseguren que toda la organización se mantiene sólidamente unida entorno a ella.

 

Artículo publicado en la sección Growth Management de la revista Observatorio de RRHH