#CongresoGrowthManagement
Con motivo del 1er Congreso Internacional de Growth Management, iniciamos una serie de publicaciones que inspiran el contenido expuesto en las distintas conferencias.
Los procesos de cambio y crecimiento de personas, equipos y organizaciones, pueden ser potenciados más eficazmente desde el manejo dinámico de elementos clave que de son parte del patrón natural desarrollado por los profesionales más competentes. Podemos aprender de ellos.
Ignacio Bernabé
En numerosas ocasiones me he referido a una investigación que realicé tras cuestionarme el paradigma emergente del talento hacia finales de los 90, en el marco de un incipiente Growth Management y durante 2 años, con profesionales que habían sido calificados por sus empresas como altamente competentes.
Dicha investigación tenía por objeto el tratar de comprender cómo las personas más competentes son capaces de desarrollar un eficaz proceso de cambio y crecimiento personal y profesional a través del cual desarrollan ampliamente su talento y logran destacar en sus respectivos campos de actuación, generando resultados superiores.
Lo que buscaba por aquel entonces era saber si existía un patrón en todos ellos que relacionara de alguna forma los parámetros de cambio y crecimiento que manejo en mis procesos, de modo que pudiera llevarlo al mundo del Management (talento, liderazgo, coaching y equipos), en forma de metodología.
Los 3 estados del Ser
De aquel proceso identifiqué que todos ellos habían logrado su alto nivel de competencia desde una transformación personal semiconsciente, que a través de 3 dimensiones les llevó a transitar por lo que más tarde explicaría como los 3 estados del Ser:
- El Ser en esencia (el que en realidad somos)
- El Ser en potencia (el que estamos desarrollando)
- El Ser en apariencia (el que creemos que somos o aparentamos ser).
De ahí la idea de que demasiadas personas viven sobre la realidad de un Ser en apariencia, cuando lo cierto es que en realidad son mucho más. Y es que solemos tener una imagen muy sesgada de nosotros mismos. Ni somos como nos vemos, ni mucho menos como nos proyectamos en los demás. En realidad somos como potencialmente somos, es decir, seres humanos únicos e irrepetibles con un gran potencial que descubrir y poner en valor.
Y es a través del cambio personal cómo podemos emprender un viaje de autodescubrimiento desde afuera hacia adentro. Es decir, desde nuestro Ser en apariencia (entorno limitador – percepción), hacia nuestro Ser en esencia (entorno de oportunidad), en busca de nuevas capacidades y motivaciones que desarrollar, logrando crecer de este modo como Ser en potencia (entorno de posibilidad).
Y es así como según vamos conectandonos activamente con quienes en realidad somos, estos 3 niveles (oportunidad, posibilidad y percepción) tienden a retroalimentarse, generando una dinámica de crecimiento que no tiene final. Y esto sucede porque en la medida en que mejoramos nuestra percepción, desarrollamos más eficazmente nuestro potencial, logrando que nuestro entorno de oportunidad se amplie, todo lo cual potencia el proceso.
El simple hecho de comprender que en realidad somos mucho más, nos abre las puertas a nuestro propio proceso de autodescubrimiento.
Ahora bien, ¿que dimensiones clave ponen en valor las personas más competentes para impulsar este proceso dinámico de cambio y crecimiento?.
Para que sea más gráfico pondré un ejemplo. Un pintor es alguien que es capaz de transformar un lienzo en blanco, aparentemente sin valor, en una auténtica obra de arte que puede alcanzar un valor extraordinario.
Visión
Pero para producir esa transformación, el pintor tiene que haber desarrollado su visión.
Pero no tanto una visión de futuro, como una visión de presente. No tanto una visión del cuadro que quiere pintar, como una visión de sí mismo. Es decir que las pinturas de Dalí, como las obras de cualquier otro artista, reflejan la visión del pintor sobre su propia persona en su relación con el mundo. ¿Quién realmente soy? ¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Hacia adonde quiero caminar y por qué?…
La visión no es tanto la acción y el efecto de ver o de visualizar el futuro, como la acción y el efecto de comprender quienes en realidad somos, quienes queremos llegar a Ser y qué vamos a hacer para lograrlo. Las obras de los artistas son en realidad un vehículo para expresar todo ello.
Es la visión por tanto, la primera de las dimensiones que desde nuevas perspectivas y actitudes tenemos que desarrollar, si queremos potenciar eficazmente un proceso personal de cambio y crecimiento.
Criterio
Pero esa visión, que nace desde la comprensión de nuestra propia naturaleza como seres humanos en relación a nuestra más pura esencia como personas, debemos construirla al igual que los artistas construyen la suya propia a través de sus creaciones.
Y como suelo decir, ninguna visión puede ser construida por un ser humano desde la locura o la inconsciencia. Incluso genios como Dalí, se aplican con criterio dando forma a sus obras desde el conocimiento, la metodología y la razón, aunque a veces pudiera parecer lo contrario, quizá esta sea su genialidad.
El criterio es a la persona, como la pintura, la espátula, el pincel o la técnica al pintor. Sin criterio ninguna visión puede llevarse a la práctica.
El criterio es por tanto la segunda dimensión sobre la que tenemos que trabajar, analizando, identificando y poniendo en valor los recursos internos (capacidades, motivaciones, valores…) y externos (modelos, herramientas, técnicas…), necesarios para desarrollar dinámicamente todo nuestro potencial.
Pasión
Y por último al igual que los mejores artistas, tendremos que poner en valor toda nuestra pasión. La pasión es energía en acción, porque todo proceso de cambio y crecimiento al igual que toda creación, requiere expresarse fuera de la zona conocida. Y ello significa que vamos a tener que poner en valor nuestra capacidad de ilusionarnos, de concentrarnos, de motivarnos y comprometernos con valentía, esfuerzo, perseverancia y tolerancia al dolor y a la frustración, algo que sólo puede llegar a través de toda esa energía que nos da la pasión, la que nos va a mover en la realidad del día a día.
Por tanto, la pasión es la tercera de las 3 dimensiones a desarrollar, identificando y poniendo en valor aquellos elementos que nos ayudan a transformar nuestra motivación en compromiso, nuestro talento en competencia, y nuestro estado en felicidad.
Metodología
Visión, criterio y pasión hacen parte de una serie de triadas que desde entonces irían relacionándose, integrándose y dando forma a la metodología Growth Management.
Pues bien, sólo con visión, criterio y pasión podemos cambiar y crecer en nuestra más ámplia dimensión, algo aplicable a todo equipo y organización.
Sólo con visión, criterio y pasión, por tanto, podemos construir realidades que algún día nos parecieron imposibles y que más tarde descubriremos que en realidad siempre estuvieron a nuestro alcance.
Ignacio Bernabé es Presidente de The Growth Management Science, Co, consultora especializada en la gestión del crecimiento de personas, equipos y organizaciones. Creador del Growth Management, un modelo aplicado en más de 20 países y New York Award al mejor Management Speaker Internacional entre otros reconocimientos, es uno de los más importantes expertos españoles de referencia mundial por su contribución desde nuevas perspectivas humanistas, y uno de los conferenciantes y coaches más solicitados por las grandes compañías.
The Growth Management® Science Company
www.thegrowthmanagementscience.com
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