Reflexiones de Growth Management para liderar y crecer en la crisis (1): «El entorno»

#LiderarYCrecerEnLaCrisis #COVID-19 #PERSONAS #EMPRESAS

Las empresas tienen ahora un gran ocasión para aprender a crecer desde el cambio como oportunidad.

 

¿Cómo va a resultar definitivo el entorno, en el crecimiento de las empresas? ¿Por qué desarrollar más eficazmente su capacidad dinámica? ¿En qué medida una mayor orientación a las personas va a resultar determinante?. Estas y otras preguntas pueden ser respondidas con mayor sentido desde la situación actual.

Seguimos apoyando con reflexiones y recursos prácticos de Growth Management para liderar y crecer en la crisis.

 

 

Por Ignacio Bernabé

En numerosos foros, congresos y programas desde antes de la anterior crisis global de 2007, vengo calificando el entorno desarrollado en el marco del capitalismo como de “oceánico” por sus especiales características: global, dinámico, cambiante, sobrecomunicado, sobrerelacionado, sobredimensionado y más competitivo que nunca.

Un entorno que no va a iba a cambiar (he ido advirtiendo desde aquel entonces) en cuanto a su dinamismo creciente, y que nos iba a obligar a todos a tener que permanecer en un estado constante de cambio.

Y sin duda así ha sido y va a seguir siendo, por cuanto que las características que lo definen van a seguir reforzándose constantemente unas a otras, desarrollando una energía imparable que no tiene vuelta atrás.

Es por ello que la capacidad de adaptación al cambio se nos ha quedado definitivamente obsoleta. Esta nos preparaba antaño (cuando el entorno era en comparación mucho más estable y previsible) para afrontar los cambios que vinieran, pero ahora se trata de vivir en el cambio, algo que requiere necesariamente de nuevas competencias personales, profesionales y organizacionales.

La situación actual nos ha metido a todos de lleno y de forma dramática en este contexto. Pero más allá de un escenario que resultará transitorio, debemos ser muy conscientes de lo que ello significa para las personas, para las organizaciones y para la sociedad en general.

Se trata por tanto de que integremos el cambio en nuestras vidas y en las vidas de nuestras organizaciones, hasta lograr una dinámica altamente eficaz de crecimiento aprovechando toda esa energía presente en el entorno. O dicho de otro modo, se trata de que aprendamos a desarrollar la capacidad de crecer desde el cambio como oportunidad.

Desde esta perspectiva definí el movimiento inteligente, como la capacidad de evolucionar en el entorno con la máxima eficacia y con el mínimo coste (de todo tipo; de salud física y emocional, económico, social, medioambiental…), aprovechando todo ese potencial cinético al igual que un surfista hace con las olas.

Hablo de crecer dinámica e inteligentemente, algo que implica en el mismo sentido a personas, a equipos y a organizaciones, pero que sólo puede lograrse, en todo caso, desde una más eficaz orientación a las personas.

Es aquí donde el Growth Management se ha desarrollado desde una sólida base teórica, científica y metodológia. Y es de este modo como se está aplicando cada vez por más líderes en todo el mundo, quienes profundamente alineados con su sentido y práctica, desarrollan nuevas competencias que les permiten crecer y ayudar a sus colaboradores a crecer desde la oportunidad del cambio, impactando en cascada sobre toda la organización, y potenciando su desarrollo desde una dinámica altamente eficaz, saludable, sólida y sostenible.

Podemos inspirarnos en el mantra del Growth Management, ´personas que cambian, organizaciones que crecen´.  Una idea fuerza que empezé a impulsar hace más de 15 años, para llevar a comprender que en un mundo altamente dinámico, el cambio en lo personal es la única base sólida y sostenible posible para el crecimiento empresarial, económico y social.

Un mantra que cobró sentido para muchos líderes de empresa durante la anterior crisis, y que quizá ahora definitivamente se ponga más en valor que nunca.

Y es que, pese a todo, estamos en el entorno más propicio que ha habido nunca para crecer. Sólo tenemos que aprender a gestionar nuestro propio crecimiento de otro modo, pues tanto personas como organizaciones nos desarrollamos a través de nuevos desafíos; saliendo de nuestra zona conocida, adentrándonos en la incertidumbre y encontrando nuevos caminos, motivaciones y capacidades que nos llevan a un lugar mejor que en el que estamos.

No debemos perder de vista el hecho de que crecemos en el cambio. Y ahora el entorno nos invita constantemente a cambiar, o lo que es lo mismo, a replantearnos la forma en la que pensamos, sentimos y hacemos, incluso el modo en el que vivimos, vemos el mundo y colaboramos para hacer de este un mejor lugar para todos. Y como líderes, el modelo desde el que potenciamos el crecimiento de nuestras empresas, desde las personas.

Sería una temeridad seguir desoyendo lo que el propio entorno que hemos creado, nos muestra una y otra vez.

 

 

“La capacidad de crecer en el cambio va a ser determinante en nuestro desarrollo como personas, como organizaciones y como sociedad en general»